Chingue a su madre el que se ofenda.

15 agosto 2005

CUENTO CORTO (Decima Trilogia - UN DIA EN LA VIDA DE JAIMITO)

Jaime por las mañanas acostumbra leerse una revistita de vaqueros mientras le dice adiós a Willy, a veces le toca limpiarse con algún anuncio de “Chicas calientes te esperan al 01-900 33425667 llámalas”, pero por lo regular siempre procura tener papel cerca. La letrina ha sido acondicionada con una taza de baño que alberga un hueco en el fondo, el hueco comunica a un canal subterráneo por el cual viaja la caca de la colonia.
Justo después de 17 minutos que tarda en liberar al muerto, regresa a su casa, a escasos 7 metros del pequeño mingitorio y sin lavarse las manos, se sienta degustar el delicioso desayuno: Café negro con galletas Marías. Obviamente este es insuficiente para soportar el resto del día hasta que regresa a casa a comer en forma, así que los paquetes de galletas le duran una sentada, paquetes de los grandes. Come como desesperado mientras sopea las galletas, esta viendo el periódico de hace tres semanas en la sección de sociales. Este Jaime es muy grafico, cosa rara en un vigilante de centro comercial.
Después de otros 15 minutos comiendo galletas mojadas en café, se despide de las 2 mujercitas que tiene en casa y se va. Sufija esta dormida pero responde al grito de: Portese bien mija y no haga enojar a su mama.
Camina equipado con un Frutsi y un flamante Tosti Lunch, el dia de hoy lo trajo de salsa de chicharron, asi que de que preocuparse, el tipo va feliz cargando su mochila con un ominoso parche con las figuras de Bob esponja y Patricio bailando y se observa la leyenda: “Soy un Cacahuate si, eres un cacahuate si, todos somos cacahuates SI!!!!” Procura caminar por donde no haya piedras ya que sus zapatos estan un poco horadados y si pisa una piedrita, la planta del pie lo pagaria en carne viva.
En la esquina de el periférico con Balbuena espera otros 18 minutos para tomar el autobús que tarda cerca de 45 en llevarlo a su trabajo: Comercial Mexicana Viva Zapata. Lega temprano pues son las 6:50 AM y tiene tiempo de ir al baño a soltar los bracitos que quedaron del muerto de la mañana. Una vez limpio el intestino grueso, se acomoda la corbata azul de ganchito y se pone su gorra que orgulloso porta, la gorra lee así: Seguridad Comercial.
La gente de la agencia de seguridad para la que trabaja les ha diseñado a sus “agentes” una linda plaquita, hace que ellos se sientan motivados y que no piensen en el estupido sueldo que ganan, sino en la responsabilidad social que tienen al portar tremenda insignia. Buen efecto causa en Jaime, quien disfruta mucho de su trabajo y a las 7 en punto esta muy alerta de cumplir el rol que Dios le ha encomendado: Vigilar que nadie entre con bolsas extrañas y que nadie salga con artículos de la tienda.
No tardan mucho en llegar los primeros clientes, además, no tarda mucho en hacerse presente, a la señora con bebe le prohíbe entrar con la pañalera, al viejito con bastón no duda en detenerlo y hacerlo esperar un par de minutos para etiquetar su herramienta de vida, que es mas vieja que una antigüedad, pero Jaime ha de cumplir a cabalidad su trabajo.
En una ocasión estuvo a punto de perder el empleo; mientras un joven sacaba un disco recién comprado de su bolsa, Jaime volteaba a otro lado, el chico tiro la envoltura y se metió el disco en las bolsas internas de la chamarra, eso lo vio Jaime y al ver que el muchacho salía ya de la tienda, corrió y sin preguntar se abalanzó contra el, lo tiro y lo sometió muy al estilo NYPD, el muchacho no atino a moverse pero después de una alegata en gerencia, fue liberado y Jaime seriamente reprendido.
Tiene también una fuerte pasión por pregonar cosas que nunca ha hecho, por ejemplo le gusta llamar colegas a Licenciados que visitan al gerente, diciendo que a el solo le falto tramitar su titulo en derecho, incluso tiene la valentía de disertar con los trajeados acerca de la viabilidad de la pena de muerte en nuestro país. Acostumbra también alegar cuando comete errores, que su criterio lo llevo a eso, sea lo que sea “eso” y “criterio”, es una frase de su devoción.
Gusta tambien de participar en los concursos de las sopas Maruchan que ofrecen un par de sopas por bailar como la “vaca”.
Después de una jornada de 10 horas, se retira a su casa. Se deja el uniforme pero además, le agrega a su uniforme unas esposas de juguete que lucen muy reales, se las cuelga y cree que la gente lo nota, sintiendo así su autoestima volar, viaja en autobús y no pierde ocasión para llamarle la atención a los muchachos de secundaria que vienen haciendo su desmadre en el fondo. Hoy, agarro a uno por la fuerza y lo quito de su asiento, todo para que una anciana se pudiera sentar, el siente que así se debe defender la “justicia”.
Baja del autobús y caminando a casa recuerda que ha sido quincena y ya saborea que hará con la paga. Ya pago luz y agua, compro un mandadito en su hora de comida en la comer y con los 100 pesos que sobran, tal vez un six con los compadres o a lo mejor comprar una pizza del mercadito y un par de revistas de vaqueros nuevas. Gana 650 a la semana.
Al llegar a casa, su mujer lo recibe con lágrimas, la hija de 5 años ha tenido calentura todo el día, sin medicina ni dinero, no ha tenido otra que esperar. El nota que la niña suda pero esta dormida, la mujer le pide que vayan al medico pero el se niega, le dice que le de te de epazote, que tienen sembrado en el patio y que vera que con eso se le quita. Ella se niega, Laura ha estado vomitando sangre y no ha comido, incluso no responde a las palabras de la madre, ella se echa a llorar ante la actitud de Jaime quien se encabrona y se sale a caminar.
Jaime va pensando en que efectivamente en un rato se le pasara a Laura y todo estará bien, tiene que defender sus 100 pesos que le han quedado libres…
La mujer se sienta y llora, ahora empieza a sentir temor, miedo ante la situación, su apoyo moral y económico es un insignificante guardia de seguridad de mercado, que antes de eso era ayudante de herrero y que nunca ha tenido nada mas que un terreno que le dieron por andar con los paracaidistas, su esposo es un borracho que nadie respeta, que en alguna ocasión vio ser ridiculizado por un grupo de adolescentes en la entrada de la Comercial Mexicana, cuando a la pregunta ¿Usted toma? El respondió: NO joven yo nunca he tomado, a la par del final de su respuesta una ensayada rayada de madre con la mano izquierda fue emitida al son de “Pues tooooooooooome pendejo”…los muchachos botados de la risa se metieron a la tienda y Jaime solo emitió una leve risa y dijo, pásenle muchachos, están en su casa, están en la Comercial…el recuerdo de esta escena entristece mas a la mujer quien sin dinero y sin esposo, toma a la hija y sale cargándola con mucha dificultad, sube el cerro frente a la casa y cae, la niña despierta llorando y consolándola la mama le pide que se levante, que van al doctor…
Abajo del cerro va caminado Jaime, que sintiendo sus 100 pesos mas suyos que nunca se topa con su compadre Joaquín, quien el dice:
“Compadreee, que paso, ya no alumbra a sus jacalitos jajaaja, ¿a ondeé va? Por un seiscito, ¿no quiere?
-¿Cómo no voy a querer?, Vamos por el y lo despachamos en mi casa….
Jaime con gusto paga los 2 six pack Carta Blanca y rumbo a la casa del compadre, entre burlas y adulaciones a las doñas de la cuadra, lentamente se va olvidando de su mujer, de Laurita y de sus 100 pesos.
Y ASI LO "CREE" EL ATEO®...