Chingue a su madre el que se ofenda.

03 octubre 2005

CUENTO CORTO -- 17VA TRILOGIA -- ELISSA

Ya es lo último que queda por vender. La enfermedad de la abuela nos esta matando.

La abuela Elissa tuvo un accidente hace 5 años, a pesar de ser mi abuela, es joven aun, tiene apenas 45 años, 40 en aquel momento. Estaba esperando el camion en el libramiento y un trailer la atropello.

Hasta en las noticias salio el evento, el chofer huyo y nunca dieron con el.

La molió totalmente, sin lugar a dudas la pudo matar fácilmente, mas ella sobrevivió, solo que perdió sus extremidades, una pierna y los brazos. Mediante una docena de cirugías lograron reacomodarle los intestinos y con placas moduladoras de cardioritmo logro una estabilidad relativa, vive y nos alcanza a entender, solo que no puede hablar y no puede mover su cuerpo.

Una bolsa de colostomia la ayuda a desechar sus líquidos procesados y como vía intravenosa. Tiene 5 años que mama no deja de preocuparse, papa nos dejo por que según mama, no fue lo suficientemente hombre como para estar en las buenas y en las malas. Papa ya no quiso seguir trabajando para mantener media viva a la abuela.

Hemos comprado dispensadores de alimentos y bastantes insumos médicos para mantener a la abue, incluso su casa ha sido vendida, sus cosas ya no le son útiles, desde su ropa que ha sido rematada en un sobre ruedas hasta sus recuerdos, fotos y cartas que decidimos tirar ya que al verlas se quebraba en un llanto ensordecedor.

Yo no quiero que muera, en casa todos los tíos y tías se pelean por ver quien va a pagar el siguiente cargamento mensual de sueros y los honorarios de la enfermera, solo hablan de dinero y de recibos, poco a poco mama se esta quedando con la carga total, poco a poco mis tíos, que no la cuidan ni viven con ella, se van haciendo pendejos.

A mi me duele ver a mi abuela así, pero no me gusta estar con ella. Es deprimente, es devastador. Ella solía hacerme de comer, bañarme de pequeño, hasta revisar mis tareas. Antes del accidente estaba enseñándome caligrafía y a teclear rápido en la computadora, ella estudio secretariado de joven y era muy buena. Hoy ya no es nada.

Durante esta mañana de sábado la estuve observando, acostada, imposibilitada para sentarse siquiera. Huele mal, últimamente los medicamentos para el dolor y los cambios internos que redundan en descomposición orgánica por su alterada fisonomía la hacen verse muy mal. Los dientes han adquirido un color amarillento, de enfermedad, su aliento es denigrante, su bolsita de mierda y orines me hace vomitar. Decía, que esta mañana la vi acostada mirando por la ventana. Observaba el jardín de mama que ella misma ayudo a diseñar, amante de las flores y árboles frutales, me enseño a cortar adecuadamente los chayotes y toronjas…una lagrima lenta broto de su ojo derecho, una lagrima reprimida, tímida que expresaba la mas profunda tristeza.

Sus terapias de lenguaje impartidas por el Club Rotario son gratis y a domicilio, de tal forma que la están ayudando a comunicarse…avanza rápido, la abue Elissa nunca fue tonta. Hoy pudimos conversar con ella, con dificultad, ella nos dijo que nos amaba y agradecía que estuviéramos siempre con ella. Mama lloro mucho al salir de la habitación de la abuela.

¿Qué caso tiene para ella seguir viva?, ¿Cómo puede disfrutar siquiera algo?...Los atardeceres la hacen llorar, se ausenta y divaga sin rumbo, hasta que se llegan las 10 u 11 de la noche y mama la carga y la acomoda en la cama, en época de calor, mama tiene que estar al pendiente de su temperatura, puesto que no puede incluso destaparse o secarse el sudor.

Hoy por la tarde, en pleno anochecer, mi abuela me llamo. Soy su nieto preferido, porque soy el que se crió con ella y su hija mayor…me llamo y me pidió que me sentara…sin voltear a verme me dijo que me diría algo que solo lo podría escuchar yo, que no la interrumpiera y que no llorara…creo que esta demasiado sola como para confiar en un adolescente como yo… “Estoy condenada a vivir así, y así no quiero seguir, quiero morirme, Dios sabe que no es pecado desear estar en su gloria estando así…quiero que me recuerdes bien, como antes y que sepas que te quiero mucho mijo, ya no estaré entre ustedes pronto…”

No llore, no dije nada, ni siquiera una palabra, me levante y me fui a la cama…pase toda la tarde pensando acerca de la muerte.

Mi abuela no se recupero de ese estado. Un día por la mañana amaneció muerta. Muerte natural según dicen, pero sin una causa creíble, no se hizo nada, solo no permaneció viva…

Elissa esa noche forzó su muerte, su fuerza interna, su mente la fue llevando a la aceleración de sus latidos y de su metabolismo, poco a poco fue llevando su cuerpo hacia una aceleración peligrosa; con los órganos dañados esa aceleración fue muy intensa al punto en el que trono su ritmo cardiaco. La maquinita dejo de funcionar, todo a deseo de ella. Elissa había experimentado enojos fuertísimos durante sus 5 años 6 meses de discapacidad, los cuales le habían acercado a la posibilidad de manejar su opresión, la misma que la mato… como aquella ocasión en la que sus cartas y llaveros fueron tirados a la basura porque ocupaban espacio que debía ser aprovechado para guardar sus medicinas y utensilios de curación…o como aquella vez en la que alguien le llamo invalida…sin validez…sin valor…su propia familia la fue destruyendo emocionalmente, con detalles en las reuniones familiares, donde ya ebrios, los hermanos y cuñados de mama bromeaban acerca de cómo seria si el abuelo quisiera cogerse a la abuela sin piernas ni brazos…ellos fueron quienes la orillaron a desear la muerte, mediante sus “bromas mediáticas”…así, ella decidió utilizar la única forma de suicidio posible…

Ya todo vuelve poco a poco a lo que era hace años, la abuela ya paso a la historia, aun en día de muertos es difícil ver gente en su tumba, todos seguimos nuestro camino, acelerados, sin sentir, preocupados por dinero, cuentas y pagos, preocupados por consumir, por reír, por embriagarnos, sin pensar en lo que significa el humanismo, sin meditar sobre los sentimientos mas íntimos de los demás, sin querer realmente, seguimos embriagados de mundo moderno y aun reflexionando sobre eso, me alegro de que haya muerto, de que no huela rara la casa y de que yo no tengo que lavar las sabanas de su cama, me alegro de los beneficios que me pueda causar su muerte.

Aquella tarde también me dijo: “No entiendo por que a los discapacitados se nos busca poner arriba o debajo de los demás, solo somos iguales”…

Y ASI LO "CREE" EL ATEO®...

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