Chingue a su madre el que se ofenda.

10 octubre 2005

DE LAS ESTUPIDECES LLAMADAS REGLAS DE URBANIDAD

  • 1.-Sentarnos y rodear nuestro plato con ostentación de las diversas cajas de fármacos que hemos de tomar.
  • 2.-Leer, mientras se enfría la sopa, el prospecto o las instrucciones que nos dio el médico
  • 3.-Implicar a los demás comensales en la toma de medicamentos, haciendo que nos recuerden si tal medicina es antes o después de comer o si hoy es el día de descanso.
  • 4.-Acompañar cada toma de una detallada descripción de para que tomamos tal medicamento
  • 5.- Si es una medicina que se toma disuelta en agua, procurar tomarla con cierta rapidez y no tener durante toda la comida la solución de color naranja y beberla a sorbitos mientras los demás comensales se entregan al Rioja.
  • 6.-Si hay que tomar un jarabe, procurar no llenar excesivamente la cuchara y así evitar manchas en el mantel.
  • 7.- Hacer arriesgados experimentos gastronómicos, como abrir las cápsulas y vaciar su contenido sobre el puré para tomarlo mezclado con éste.
  • 8.- Si la pastilla tiene que partirse por la mitad, lo correcto es hacer esta gestión antes de sentarse a la mesa. Hay que evitar que los demás comensales contengan el aliento mientras el enfermo, en un atrevido juego malabar, intente, con el cuchillo en la ranura, dar un corte seco, limpio y definitivo para obtener dos partes exactamente iguales.
  • 9- Pedir a Jesús que se lo cargue con su sequito de ángeles maricones por ser tan pinche insignificante, cursi y maricon, como para hacer de tomarse una puta medicina, un ritual de sociedad.

El ser humano ha desarrollado tanto su forma de vida, que cae en el ocio inútil, como crear normas de este tipo. Y lo peor, existen animales (personas pendejas pues), que se apegan a estas sutilezas.

En alguna ocasión en el trabajo le festejaron el cumpleaños al dueño en un restaurante muy elegante en la ciudad, como somos solo 5 empleados, tuvimos que ir todos, a comer y de paso desearle buen viaje al infierno al anciano…en medio de la comida, trajeron una ensalada dulce, con pequeños trozos de fruta tropical, el tipo tomo su tenedor numero 15 y comenzó a devorar, un empleado tomo cualquiera y al iniciar a devorar fue reprendido fuertemente por el ruco:

  • - Manuelito, no me ofendas, si no sabes comer decentemente, como gente, haz el favor de retirarte a comer tacos en un puesto callejero…Manuelito aparto el plato apenado y siguió comiendo su sopita con cucharilla #3…

Enojado le dije al decrepito que esas no eran ondas, que como importaba mas un numero de tenedor se usa, que es para el mismo fin, que los sentimientos de un pobre pendejo como Manuel (el meño se me quedo viendo sin saber si agradecerme o enojarse), que la neta, por mi, se quedara con su pinche comida de mierda…

Orgulloso el vetarro, se levanto al momento en que me retiraba y recogió su servilleta poniéndola “educadamente” sobre sus piernas sin dejarla doblar en las rodillas…como las reglas de urbanidad lo indican.

De que sirven esos rituales pretenciosos, solo para perder el tiempo, para querer destacarse de la gente que si trabaja, que si ocupa su tiempo y no lo malgasta en hacerse pendejo, ya sea en casa, con amistades o en una puta academia de clase y buen comportamiento, para entretenerse en familias de riquillos sin porvenir independiente de su herencia cultural y económica, así me quedare fuera del circulo de dinero y poder, que así sea, pero a esas pendejadas no le entro ni por conveniencia ni por desmadre, no seré payaso dentro de ese circo inmundo.

Y ASI LO "CREE" EL ATEO®...