CUENTO CORTO -- 24VA TRILOGIA -- LA NAVIDAD DE LOS DESPOSEIDOS

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Hoy, 24 de Diciembre de 2005 observo como las dos caras de la ciudad se bifurcan; los que tienen algo y los que no tienen nada.

Camino por las calles y aun a las 11 de la noche, hay mujeres con gorritos de Santa Claus pidiendo limosna en cruceros intransitados. Los hijos, se alegran jugando fútbol con latas aplastadas de Coca Cola Light. Ya no sienten alguna pena, puesto que su mundo es otro, la lastima la sienten, quienes viendo su realidad, esperan no tocarla nunca.

Las calles lucen mas desiertas conforme se acercan las 12, los bares alojan a tipos que no tienen hogar, quienes tienen por familia a los cantineros y que no quieren comida caliente, desean alcohol, en cualquiera de sus expresiones. Las cantinas “decentes”, cierran a las 12 el día de hoy, ya que su familia los espera.

Camino un poco más hacia los callejones donde habita la crema y nata de la drogadicción y el narco menudeo. Ellos no festejan nada, solo están emputados porque navidad cayo en fin de semana. Algunos, los líderes más viejos, han comprado un pollo asado y lo comen sentados en las banquetas. Ya se escuchan los madrazos de alguien que cayó en la trampa de la oferta de masajes, creyendo en esa oferta, fue rodeado por 3 tipos los cuales lejos de conformarse con dinero, están descargando sus frustraciones “navideñas”.

Yo paso de largo y me saludan.

Llego a mi cantina preferida. Abrazo al cantinero en espera de un aprecio que no tengo en casa. Ni siquiera tengo un hogar que se reúna en navidad.

El cantinero repite la acción con cada borracho, en el fondo solo desea largarse directo a su casa para comer tamales.

Salgo y sigo mi camino, al ver muchachos besándose en la oscuridad de las calles del centro financiero de la ciudad, me pregunto si alguien cree que duraran mucho las tradiciones.

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Anabel esta embarazada; su novio desapareció hace 3 meses, justo cuando se entero del embarazo, el tipo salio a comprar cigarros y jamás volvió. Anabel pasa la navidad sollozando dentro de la caseta de un estacionamiento, solo ve salir gente feliz y derrochando dinero. Se alegro porque alguien le dejo un dólar.

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Miguel…ya no recuerda en si que es la navidad, solo sabe que ese dia se va temprano y que debe limpiar los baños del Bar el Fracaso, de manera tal que a las 12 puedan cerrar y el dirigirse a su casa para masturbarse mas tiempo antes de dormir.

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David Enriquez, periodista corresponsal de Notimex y columnista del periódico Frontera, esta hasta la madre de borracho, llorando sobre el porque dejo a su familia hace 7 años, por creer en el amor de un chamaco gay en un bar del centro de la ciudad. A ciencia cierta no sabe si llora por su familia perdida o por el chamaco promiscuo.

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Isela siempre ha querido festejar Navidad, a sus 18 años, aun mantiene la esperanza; quiere dejar su religión y casarse, tener hijos y poder poner un arbolito de Navidad. Hoy tiene que estudiar porque mañana, 25 de Diciembre, toda la gente esta en casa, hay que salir a predicar y será una jornada maratónica. También tiene que plancharles el traje a sus hermanos y a su padre, quien se muere de ganas por joderse a su hija. Ya le ha ordenado en nombre de Dios, que se cambie y bañe frente a el. Isela quiere abrir un regalo; una vez en la vida.

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Juan y Fabián son traileros, ilusionados con llegar a Tijuana y dirigirse rápidamente a dejar la caja del trailer a Julián de Obregón, sufrieron una avería en la transmisión, en medio el desierto de Sonora. No hay un alma en la carretera y no hay comunicación. Ni siquiera cerveza traen. Se van a dormir temprano.

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Hector esta festejando con su familia, todos reunidos. A sabiendas que Jorge, su primo, esta cogiendose a su esposa, pero también le estará financiando el proyecto de expansión empresarial, solo finge estar feliz. Los regalos se abren y todos se abrazan. Las miradas cómplices de Jorge y su esposa son interceptadas por Héctor. Disimuladamente se van los dos en medio de la multitud familiar; Héctor los sigue y ve como en el baño del cuarto de los niños, ella se come su pene apasionadamente. El solo calla y soporta todo en nombre del financiamiento.

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Hilda perdió a su hijo haciendo compras navideñas. El ministerio público humanamente le dijo que se esperara a “las investigaciones”…ella esta sola, su marido esta perdido por allí, con alguna amante y ella llora sin que exista mas liquido que pueda salir por sus ojos.

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Me alegro al no estar en su lugar, sigo caminando y un perro me amenaza, al dejar su territorio regresa a casa; esta comiendo huesos y despojos de pavo, los defiende ostensiblemente…me alegro pero reflexiono un momento… ¿Qué soy yo, sino uno mas de los desposeídos que en algún momento me causaron lastima?...

Sigo caminando y me pierdo entre la neblina de Diciembre.

Y ASI LO "CREE" EL ATEO®...