Chingue a su madre el que se ofenda.

05 junio 2006

CUENTO CORTO -- BRAND LIFE

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La soledad de mi oficina es divertida y paradójica. Tengo tanto tiempo libre, que me da por hacer cosas bastante triviales y frívolas; pero no he de revelar las intimidades que me hacen ser más fuerte que los mismos dioses (imaginarios).

Yo soy Axel y trabajo en una firma internacional de mercadotecnia, estoy a cargo de la coordinación de una campaña publicitaria de una marca de alimentos congelados a comercializarse en un sector de mercado definido, reducido y totalmente inflexible al crecimiento; hay puestos en los cuales uno debe aceptar miles de dólares por no hacer nada o, peor aun, hacer algo para llegar a la conclusión que 3 minutos de reflexión justificarían.

Pero yo me encargo de determinar en planes trimestrales, donde vender diversos productos de clase mundial. La mayor parte del tiempo me la paso botado en mi sillón de oficina, ese color negro, que cómodamente me relaja para enfrentar las noches en las cuales ya no consigo dormir. Enciendo el televisor satelital y busco algún canal que me quite de la cabeza los jodidos productos.

Salgo a los supermercados, mas por gastar el tiempo, que por investigar. Tomo un carrito que tiene una llanta fuera de servicio y lo arrastro, sin darle importancia al chasquido que provoca su roce con el azulejo. Contemplo los electrónicos y compro una cámara digital, a pesar de tener 3 que nunca he sacado del empaque.

Desde chavito he tenido el dinero del mundo, esto simplificado al hecho de que no he tenido ninguna carencia y la mayor parte de las cosas razonablemente accesibles integraban mi inventario personal con sorprendente facilidad; a los 15 ya tenia mi tarjeta de debito con 20 000 pesos a la semana. ¿Qué carajos se espera que haga un mocoso con tales cifras de efectivo?; cada día, 3000 pesos soltados por el cajero engordaban la panza y la nariz de mis tiernos seguidores, quienes además de oír mis relatos marihuanescos, se fumaban mi hierba.

Pero decía yo que salgo a los supermercados, compro pendejadas, lleno mi carrito, lo dejo vacío después de 2 horas de compras y me salgo sin ganas de hacer fila junto a estupidos indígenas que desconocen lo que llamamos desodorantes.

Añoro aquellos tiempos en los que los pobres no podían salir de una hacienda sin autorización del dueño, si yo hubiese vivido en aquellos días, seguramente tendría decenas de personas y las castraría, luego, con sus genitales les pondría…

Mis putos reportes están listos: Si, el caviar Le Mongde debe ser vendido en Costco, Liverpool y Palacio de Hierro. Por ese párrafo desarrollado con mierda grafica, me pagan 15 000 dólares al año.

Jugueteo en mi departamento con el celular. Tomo una botella de vodka corriente, porque me dio flojera la fila del súper y me baje en un Oxxo a comprarla…Oso Negro, todo un asco, pero delicioso a los minutos. A media botella le llamo a mi ex novia, luego a la vecina, luego a la fea, luego a la hermosa, luego a mi secretaria y termino riéndome a carcajadas porque nadie me contesta. Ya saben el motivo de mi llamada, quizás me aguanten porque todas ganan mucho dinero y trabajan para mi.

En las noches, rasuro mi pubis, mi cara y me meto al jacuzzi. Las burbujas me hidratan con un olor francés. Mañana es fin de mes y cobro mi cheque.

Tengo tortillas de nopal y una membresía de gimnasio que nunca uso.

Commencez votre…

Uso una bomba de vacío que me ha dejado rojo el pene, sin resultados significativos.

Preparo los resultados de la actividad mensual, en espera de una nueva felicitación.

En ocasiones fantaseo con dejar estas cosas y dedicarme a algo diametralmente configurado, me gustaría vender tortas o tacos, dedicarme a lago sin presión, a algo con trabajo. Un negocio, no lo creo, eso significa presión, representa lo que evitaría si pudiera.

Tal vez lo haga…no, mejor no. Odio la apestosa presencia de la gente y detesto recibir órdenes.

Yo soy Axel y grabo este video porque no tengo nada que hacer…luego ERASE.

Y ASI LO "CREE" EL ATEO®...

1 comentario:

Mariana dijo...

Joven Ateo a usted ya le llueven los comentarios lindos y ñoños... pero eso no le quita lo interesante a sus relatos, vaya aun recuerdo las salidas que solo consistian en derrochar dinero, ohhh que tiempos aquellos...

XD