Chingue a su madre el que se ofenda.

08 junio 2006

RELATO CORTO -- CON LUZ DE LUNA

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Jael prepara las maletas, acomoda detenidamente las playeras, las camisas, pantalones y discos compactos. Observa el cuarto donde ha pasado toda su vida. Los recuerdos le acuden fugazmente, los besos, las penas, las noches de estudio acompañado de amigos sin rostro definido. La barda pintada por cada visitante, donde con lápiz, plumón o labial, saludos y recuerdos quedan. Los ladrillos en falso que guardaban sus cigarros, a salvo de las minuciosas investigaciones de mama y papa.

Observa, mientras cierra las maletas, el techo con tornillos que penden de hilachos, los cuales recogía y coleccionaba durante la preparatoria, decide cortar los hilos y tirar toda esa basura, a donde va no la necesitara.

Sus miles de revistas musicales y de historietas acumulan polvo y pequeñas arañas en los rincones, las toma con cuidado y en un par de segundos, las avienta sin – cuidado- y las arroja al patio, justo por la ventana por la cual entraban sus amigos y sus “amigas”.

Papa y mama decidieron no estar en casa cuando llegase el momento. El se ha prometido no ser como ellos, ni siquiera por rencor, ha pensado también en que si algún día, el llega a ser papa, debe lograr de algún modo, no convertirse en lo que el detesta hoy, mas que a nada en la vida. Les deja una carta que seguramente conservara mama y papa no querrá escuchar, ni leer.

Toma las maletas y Aux, espera afuera, en un pequeño Datsun 69, el lo llevara a su nueva casa, a lo desconocido.

Cierra la puerta.

Deja la llave en la maceta de siempre, sabe que no la encontrara allí nunca más.

Aux, enciende el auto y confirma que su amigo este listo para partir.

Jael cierra los ojos, pensando en el futuro y dando la señal para irse, ve por la banqueta a sus padres, acercándose y con cara desencajada, le agita la mano y el, humildemente, devuelve el gesto. Papa voltea a otro lado fingiendo distracción.

Papa entra ya en la noche, al cuarto de su hijo, observa el vacío de los muebles, de la cama, de sus cosas; sin los tornillos que tanto exigió desaparecieran, ha logrado lo que clamaba, pero no le satisface.

Papa sale al patio y ve la canasta de basquetball de Jael, la pelota que olvido y recuerda con nostalgia la niñez de su único hijo. Mira la luna…

Jael mira la luna en ese preciso momento, observa el brillo tan hermoso que posee esa noche tan especial. Besa a su novia y feliz de iniciar una nueva etapa juntos, cierran la cortina y viven su amor. Papa sigue viendo la luna y comienza a sufrir una tristeza que jamás dejara atrás.

Y ASI LO "CREE" EL ATEO®...

3 comentarios:

Mariana dijo...

**Tengo una prima llamada Jael...

**Me gusto la cancion.

**Respecto al relato ...jo jo...en ocasiones no todo continua, ni tampoco se ve la luna, ni la estrellas. A menos que andes por la carretera de naucalpan a las cinco de la mañana...porque ahi la cosa cambia...

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

MUY BONITA E INTERESANTE HISTORIA O SI FUE CANCION BUENO, NO LA ESCUCHE, PERO... NO ENTENDI EL MENSAJE FINAL DE LA HISTORIA, Q PASO CON EL OBJETIVO?... ASI LO CREE EL ATEO?