A paso firme, un anciano afectado por el desgaste físico de su traje, oculta el dolor impostergable e insuperable, del alma que le exige descanso, evasión, escape ante su condición de experto en áreas que no puede, en efecto, ya jamas experimentar.
Las miradas de envidia disfrazadas de admiración de los pobladores de una ciudad, donde los números superan con porcentajes, en materias de producción y un cansancio acumulado, que destruye vida y crea esperanzas en una existencia a posteriori, esperanzadoramente bella.
La mujer que se ha percatado del sinsentido, de la orfandad racional de nuestra existencia. Busca su verdad, aquella que la orille a vivir y morir, sin arrepentimientos y con los sentirse expuestos al sol, al agua y a la sal. Esta mujer tiene tres años; descubriendo esta y terminara descubriendo aun, siendo rimbombante, que el sentido de su vida, fue, encontrarle uno en un eterno devenir, diferente al Niestzcheano.
La superación de los miedos propios es constructivo, motivante, esplendido. Pero la superación de los miedos ajenos te hace ser extraordinario. Un tipo que por años dirigió a decenas de trabajadores a su cargo, temía en secreto, verse viejo y superado por alguno, que lejos de ser servicial, humilde y agradecido, le retara en desventaja jerárquica y le atacara de frente, en una relación competitiva. El retador supero con afrenta, capacidad y espectacularidad, en poco tiempo, el desempeño y a mediano plazo, la jerarquía del tipo que por años dirigió a decenas de trabajadores a su cargo. Este último, con furia, apretaba los dientes al caer frente a sus miedos tan íntimos, mientras que en la contracarrera, el retador aun bajo su mando y ya en proceso de superarle, reía por dentro y su vida se iluminaba.
Bajo la luz de un farol, en una calleja un gato acecha a un ratón, sin que nadie le viese; el ratón preparaba una trampa; al ser atacado por las garras del gato, escapa rápidamente por un orificio entre un canasto y la pared; el canasto cae y fuera de el, dispersos, cuchillos que hieren al gato y le dejan sangrando. El ratón asoma la cabeza y relaciona el estado del gato, con el de su compañero ratón, al ser capturado y muerto frente a el, horas antes, por el cocinero del restaurante. Este mismo ofrece el manjar a precio de lujo.
El joven que soñaba con un genial dadaísmo, ha caído en la drogadicción y l insolación social; ahora, pulula entre otros vástagos que jamás reconocieron la barrera de la rebeldía y la vanguardia contextual.
La fuñicacion literaria exitosa, regodeante en la multivalencia feliz de las masas, otorga un aliciente al perpetuo perdedor, ese que, a pesar de todo, no puede hacer otra cosa que fanfarronear desde la cueva de los éxitos personales, ante las ganas de ser, quien mas detesta.
Las amebas amorfas le atormentan en sueños, dedicado tanto al trabajo, sus propias creaciones le persiguen y su mente le juega una mala pasada que se tornara vitalicia: La incapacidad de superar sus propios inventos.
La tranquilidad es una virtud excelsa, no hay nada comparado con la tranquilidad natural, del que sabe llegar su muerte velozmente. Ese control de emociones te hace libre, aun cuando estés esclavizado en un mundo sin soluciones individuales, donde el deber, no es, sino una diversión opcional.
La evolución de los sentires se concreta como la característica más bella de la vida. Un día tienes todo y al otro pierdes una parte, después te recuperas y así te entretienes; la vida es totalmente bella, mientras que el riesgo forme parte de la misma, los Dioses a los que les rindas pleitesías, reirán felices de ver a sus hijos, viviendo felices.
Y ASI LO "CREE" EL ATEO®...
1 comentario:
"La tranquilidad es una virtud excelsa" .... ¡no!... no estoy de acuerdo, este relato hace que saltes de un estadio a otro [bueno depende del lector]... pero bueno me voy a entretener a la mente...
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