SOLILOQUIO BIENAVENTURADO

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Agradecimiento por dejarse tomar la foto a Ricardo Solorzano y Lucy Esquer, amigos entrañables de la prepa con quien me tome unos tragos en su estudio en San Diego C.A. el pasado 23 de julio, de donde salio esta foto.

¿Cojo o hago el amor?

El mundo esta repleto ya de pataleos indigestos.

Se es esto, se es aquello; se determina tu personalidad y se encasilla acertadamente, mediante la flexibilidad mental y económica con la cual decores tu estupida corpulencia.

Las corbatas siempre se me han antojado sobre-ridículas, mas aun que el adornarse para vestir diariamente, como perritos que usan chalecos y moños, somos unos animales de lo más lindos y civilizados.

Mi risa me envuelve y me aburre de nuevo, me sobresalta y me determina como un pendejo mas, cuando advierto lo nauseabundo de aquel, que piensa aunque negándolo, que el hecho de leer libros es un acto de plusvalía intelectual. Las certezas basadas en la repetición son “de lo más reconfortantes”; sobre todo en épocas de vacío, en las que cualquiera con amigos y una forma de ser agradable, proclama verdades en sitios tan desprovistos de historial meritorio, como un blog.

Leer libritos de las corrientes rusas y francesas, de la generación beat, de historia, de el renacimiento latinoamericano no ha sido mas que una perdida de tiempo tan solo un poco distinta, que ver documentales del Discovery Chanel o mejor aun, enjugarme el hocico videando algún documental sobre la vida de cristo.

Lo peor de la sociedad de cualquier tiempo es negarse a entender, que nada tiene sentido y sigue picando piedra movidos por el engaño del progreso para los que vienen detrás.

¿Realmente importa el futuro de las próximas generaciones? Tal vez sea, por divagar, una justificación bien vista por todos, para nublar la explotación que a todos conviene y beneficia en la actualidad. No pasa nada después de la muerte, bien calculado por quienes disfrutamos hipócritamente de lo que negamos cuando de hacerse pendejo con discursos se trata; pero que trabajo cuenta decir la verdad.

Escuchar música para mi es un acto animal, un arrullo, una distracción; nunca suficiente como para lamerle los huevos ideológicamente a sus creadores. Los apasionamientos esclavizan el espíritu, al admirar a alguien de manera tal que la vida se revelaría como una frustración constante, al no ser la mas pequeña parte, de eso que anhelas ser.

Mis mas sinceras felicitaciones a aquellos que se casan, tienen hijos y ejercen una carrera; además de ser felices en su mundo ideal, demuestran el hecho de que, el ciclo se repite como una maquinaria de espejos, que revela de nuevo, la pendejez y vanalidad de nuestra existencia. Pero la opción es buena para otro tipo de mentes, no la mía, dado que ya estoy comprometido, a poco tiempo de casarme y con un hijo que repetirá en mi lo mismo, la esperanza de que el futuro que a mi no me tocara y que hoy coopero para arruinar, será mejor que el mío.

Y mientras observo a la gente preocuparse de tener una casa, de pagar sus servicios, de cómo sortear las investigaciones de la esposa que sospecha la existencia de una amante, del hijo que falsifica firmas para evitar visitas de los padres al colegio, de los precipicios habitados por seres que hablan un español arcaico, del escritor aficionado que manda una y otra vez sus escritos a revistas de a 5 pesos que publican cualquier mierda disfrazada de poema, del viejo que con estomago voluptuoso desea niñas con senos enormes y trece años de edad, de los viejos amores, de la soltería, de los nuevos bríos, de las enfermedades, de tener un terreno en un panteón y de miles de espejismos; yo disfruto a buen paso el hecho de no envidiar a nadie y estar feliz con quien soy, sin importar las diatribas de quien sufre de los males que he dejado de padecer ya.

Y ASI LO "CREE" EL ATEO®...