Chingue a su madre el que se ofenda.

16 agosto 2006

CUENTO CORTO -- DE LA REALIDAD AL MITO

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La gente paseaba tranquilamente por el malecón, niños correteaban niñas y aprendían que los calzones de niña, brindan satisfacciones al ser revelados accidentalmente, aunque fuese por un segundo. Los abuelos perdían el tiempo recordando como lo perdieron hace años en, vaya sandez, el mismo lugar en el que, cincuenta después, lo siguen perdiendo; aleluya, lo festejan con hondo suspiro.

Los perros correteaban su cola y se distraían por colas ajenas de la misma especie; pescadores juntaban las redes y con ánimos renovados, esperaban que el camarón bueno estuviera en el fondo y no solo por encima del bagazo. Mientras trabajaban, discutían el porque de las preferencias del Foxismo para los grandes consorcios atuneros, que estaban limitando en zonas y en producción a los pequeños pesqueros… ¡Nos mataran de hambre los hijos de puta! – Exclamaban enojados.

Los novios que con pensamientos encontrados, comen botanas con fruta fresca, dejándose enamorar por el paisaje y las ganas que el empuje sexual arrebataban de las neuronas, el tiempo reglamentario para cada cosa.

Los viejitos solitarios que con olor a tabaco miraban las piernas bien torneadas de mujeres en falda, que eran asediadas por jóvenes en “jeans” que alardeaban de su juventud y su desfachatez, para pretender lo imposible para los ancianos.

Todos estaban allí, reunidos en diferentes planos, pero en la misma ubicación: El malecón de una ciudad con puerto.

Pero de pronto, por las piedras que forman los muelles iniciales, una sombra surgió, lentamente, escalando las piedras, sombra que se materializaba en silueta negra, como aceite, petróleo, que ayudada por manos y patas semejantes a las de una iguana, cargaban un cuerpecito, como de niño, con una cabeza idéntica a un recién nacido sin cabello. Su andar tomo mas sentido y notoriedad cuando comenzó a chillar como bebe, bebe humano, pero con los labios demasiado juntos.

Un silbido vocalizado se escapo de su boca, y la gente lo vio…

Algunos dijeron que era un bebe, otros que un monstruo de Gila, otros que una especie de las islas “Canarias”…

Nadie supo que hacer, mientras se acercaban por inercia, lentamente para verle de cerca, como a un delfín que quiere llamar la atención de los turistas…pero este animal-bebe no lucia amistoso…la cara era humana, pero con arrugas en los parpados, con una lengua negra que salía de su boca denotando que era reptil…o mamífero…o…

La gente cambio de actitud cuando abrió los ojos y un verde hermoso se asomo tímidamente…

Pronto se creo una historia urbana, que el escepticismo condeno a la falsedad. Aun sueño de vez en cuando con esa tarde.

Y ASI LO "CREE" EL ATEO®...

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