Chingue a su madre el que se ofenda.

12 febrero 2007

LA MEXICANIDAD Y SU GOBIERNO

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Comprendo la razón por la cual, la mexicanidad se estudia desde un nivel novelesco, en niveles medio superior de nuestra academia universitaria.

¿Cómo justificar que las novelas de Octavio Paz, llenas d cliché, de estereotipo ignorante, de generalización de clase, de género, de absurdo, llenen las librerías, los estantes de biblioteca, los supermercados con literatura?

El mexicano no tiene miedo más fuerte y profundo que al esfuerzo. Yo creo mis propios clichés, pero medítenlos y refuten.

El mexicano no es un tipo trabajador, busca fielmente la generación de distractores, de pretextos, de casualidades que le impidan trabajar. Fiestas de santos patronos, enfermedades ficticias, sufrires exagerados, situaciones de peso familiar, de peso religioso, festejo de fechas que no conocen; mucho mas, solo por no trabajar, solo por no esforzarse.

El mexicano no es macho en el sentido que corresponde al estereotipo; simplemente se impone porque le resulta más fácil que comprender, que dialogar o que realizar las labores relegadas a las mujeres; el hombre no sabe cocinar, por ejemplo.

El tipo que acepta a la mujer tal cuales, es porque tiene dificultades para imponerse y por tanto, prefiere la comodidad del dialogo y el acuerdo.

Siempre hay algo mal pensaran ustedes.

“Solo la fiesta puede inmovilizar su vida” gemía Paz mordiendo la almohada; yo refuto: El mexicano ama la fiesta, por placer, por hedonismo, por gula, por pereza; no porque sea un pueblo ritual. Los rituales provienen del miedo a las consecuencias o por ignorancia, no de la espiritualidad. La espiritualidad es malbaratada en las casas de los múltiples dioses que adora el mexicano.

El catolicismo en su flexibilidad, apoya la flojera, la falta de disciplina, del mexicano. Los jóvenes que poseen ánimo activo, se enrolan en religiones más complejas y evangelizadoramente enajenantes, para evitar a fin de cuentas “Una eternidad de castigo”. Por pereza.

En textos de Elena, Carlos y Octavio, se expresan las necesidades de apertura del mexicano que ya son anacrónicas. Se viven tiempos distintos a los de ellos. Los tres, en su tiempo de movilidad natural, gozaban décadas distantes, solo de oídas, por rumor, por imaginación, llegan a comprender espasmos de la realidad actual. Entre viajes, muebles rústicos y carroña partidista, los ojos con cataratas pueden nublarse más.

La fiesta no se vincula con la religión en un matiz cristalino, se vincula con el alcohol, punto. Ningún ser se encuentra entre la vida y la muerte cuando se esta borracho, simplemente, pierde los hilos que lo atan a la pereza, a la predilección de los caminos cómodos que justifican no intentar las cosas. El borracho canta, baila, jode, chupa, amenaza y hasta se pelea, cosas que el tiempo real no permite, porque es más fácil dejar de hacer bajo la bufanda de la decencia.

Y el gobierno del mexicano, es una bella expresión de venta, de complacencia del espectáculo que el rasgo que defiende mi teoría exige: Para que exigir, si eso implica revisar, esfuerzo, afrenta; mejor no hago nada – Huevonez.

No hay conclusiones, no hay moralejas; los estereotipos literarios lanzados como doctrina son multi cuestionables, reprochables denigrantes, asquerosos; mas allá de que las personas que los recomiendan lo sean. Nuestro gobierno, hecho de mexicanos por supuesto.

El estereotipo limita, reduce tus posibilidades, no lo uses, desechalo.

Todo esto da origen a mi prosa a la patria y su gobierno republicano. Gracias por leer.

REFUGIADO ANTE LLUVIA ÁCIDA, EN TIEMPOS COMPLEJOS, EL ATEO LO ESCRIBIÓ ASÍ...

4 comentarios:

Dra. Kleine dijo...

mmmm me has vuelto a la memoria a un chico, señor ya grande que redacta Elena Poniatowska en su libro la Piel del Cielo. (si no mal recuerdo que así se llame). Das mucho de lo que normalmente sucede. Ya te invitaré al D.F. y corrobores tus escritos. Nada fuera de lo normal.

Un gran saludo!

Jj dijo...

El día que postié algo así emepzarona llegar los pinches fans from hell. Prepárese, es casi seguro. (pero se van rápidamente.)

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo.

Anónimo dijo...

Siento muy corto tu punto de vista. Limitado a la contradicción de autores -literariamente gozables- que han reflejado un México ni moderno sin pretender definir una identidad única.

No por eso estoy en total desacuerdo con tus cliches. Espero darme tiempo para continuar.

P.D. Me gusta tu blog -aunque tu egocentrismo de weba-, sigue dandole men!