SER MONOXIDO DE CARBONO

En algún momento eres monóxido de carbono. El algún momento harás vomitar gente y provocaras su odio.

¿De donde sale un amor profundo, elaborado al calor de unas platicas vía satélite?

¿En donde encuentra su autenticidad, un andar juntos, como se anda con un auto, con un paraguas?

Jóvenes que se enamoran, tengan confianza, fe si quieren: Todo pasara, para mejor futuro, si el rompimiento duele, réstenle importancia. Confíen en Dios y en el amor que cada mujer posee para ustedes.

¿Cuántas mujeres odian este halo de monóxido de carbono?

Se han casado, se han comprometido, se han operado sus defectos, han estudiado lo que necesitaban: Han reparado sus defectos, recordando la ocasión en que los visualizaron. Siempre inhalando Monóxido de carbono.

Ser monóxido de carbono daña en si mismo. He visto pulmones partir desesperados, al querer inhalarme y morir envenenados y yo, sin que el olor y el color me delaten, he marchado lejos. Me burle de su pretensión. Ya encontraran su veneno y será igual.

Y podrán inhalar cemento, alcoholes, drogas, perfumes finos. Pero nunca sabrán ni sentirán de manera equiparable al monóxido de carbono, ni siquiera buscando un dióxido, que aun pretendiendo parecido, les recordara a mi.

Y el, se convirtió en oxigeno respirable, pero desechable. Terminare siendo respirado por un pulmón demasiado herido, para notarme y sentir piedad por mí.

Gracias a los amigos que siguen estando cerca, sin importar las banalidades de la posesión, de la pertenencia y del triste engaño que representa querer y amar.

Gracias a los pasajeros que ahora ruegan por borrar, el haberme conocido, haberme respirado.

REFUGIADO ANTE LLUVIA ÁCIDA, EN TIEMPOS COMPLEJOS, EL ATEO LO ESCRIBIÓ ASÍ...