Y si, el concierto en la Plaza de Toros de Playas fue una fiesta para los asistentes, entre tragafuegos, escenario austero, mala organización y carros ultimo modelo fuera de las gradas, fue un concierto emotivo, sin errores, con gestos de el franco español y sus clásicas líricas multilingües, gran espectáculo, aun a pesar de que la música siempre es repetitiva y que la ejecución no es compleja suficiente, para requerir grandes músicos, vamos, es el sonsonete eterno.
A pesar de una fila eterna y mocosos casi en pañales con cervezas en la mano en las aceras aledañas, el tipo unifico demostrando lo que es un artista hecho con un publico que sabe lo que quiere de el y pretende entregarse, cosa que pocas veces sucede de esa manera, Manuel Chao, como persona y artista, enlaza sinceramente, su retahíla ideológica con la ingenuidad adolescente, gran concierto.
Sencillo, dominando al publico y sin poses de estrella, espectáculo que valió cada peso de lo pagado.
REFUGIADO ANTE LLUVIA ÁCIDA, EN TIEMPOS COMPLEJOS, EL ATEO LO ESCRIBIÓ ASÍ...
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