Chingue a su madre el que se ofenda.

07 agosto 2008

EL CERVECERO

Ver películas o programas amarillistas de cadenas de television perdidas en las macro ondas electromagnéticas de la ciudad confunde, más aún cuando el ver las cosas en una pantalla te hace pensar que eso es real, real a lo normal.

Cándida Jiménez, se caso a los 16 años con un cervecero, no era de Milwaukee ni mucho menos beisbolista, cuanto más empresario. Su mama dio la firma necesaria para que el matrimonio fuese legal. El tipo murió por cervecero a los 33 años, lo cual permanece como un misterio.

Tuvieron una hija, única, la cual a los 14 años conoció a su padrastro, un cantinero que mama llevo un día a casa con la consigna de respetarle como a un padre.

Mama no conocía bien al cantinero, que aprovecho la casa gratis, patrocinada por la infortunada muerte del cervecero, comida patrocinada por el empleo ciertamente humilde de la madre y se dedico a pensar con calma ese complicadísimo asunto de trabajar.

Pasaba las horas viendo televisión, en esos canales mencionados al inicio de este chismorreo, cuando empezó a ver con bastante cariño a la hijastra que cumplía ya quince años. La violó y ya. Y yo no tengo la culpa de eso, simplemente paso y me encargaron que les contara cabrones.

La violó y la chica, como clásica y estupidamente suelen actuar las mujeres, calló. Salió embarazada. Le contó a la mamá.

La madre le pidió que tuviera al hijo, lo tuvo, lo llevó a casa. El cantinero vive con las dos, ambas tienen hijos, del mismo tipo y el se las coger cotidianamente.

Yo no me voy a dar golpes de pecho ni latigazos por las acciones de los demás, pero no mamen.

Esa gente, esas personas que dejan que pendejadas como estas le sucedan a los mas cercanos, a los “mas queridos”, representan las razones por las cuales todo el asunto de vivir esta descompuesto. No es culpa de ningún sistema, los culpables son los elementos que conforman los grandes y escrupulosos entes que conforman el gran sistema. La historia es cierta. En cada punto. Y no se trata de drogadictos o casos excepcionalmente raros. La realidad debajo de la alfombra, escondida ante los reflectores o las visitas preguntonas esta allí, la pinche culpa de la jodidez de la gente, la tiene quien la sufre, solo ellos.

La chica busca escaparse con algún tipo que le acepte con el hijo, es de buenas carnes y tiene solo 16 años. Y solo carga una historia, buena oferta, ¿No?

REFUGIADO ANTE LLUVIA ÁCIDA, EN TIEMPOS COMPLEJOS, EL ATEO LO ESCRIBIÓ ASÍ...

1 comentario:

Anónimo dijo...

ya habia escuchado antes de la descomposicion social que se vive en la frontera, es un tema muy interesante que te agradesco