Chingue a su madre el que se ofenda.

21 diciembre 2005

RELACTO FICTO -- EL PORQUE ME VALE VERGAS NAVIDAD

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Navidad es el festejo de un cumpleaños. El festejado ha sido el artífice de la creación de la religión que domina en este lado de la tortilla. Yo no comparto el gusto por la sodomizacion mentalmente religiosa ni por la estupidez llamada Dios, ese tipo de aficiones me aburren, prefiero ser seguidor perdido de Star Wars o de Pearl Jam…bueno, tal vez ni siquiera ese tipo de idioteces me enajenan.

Pero mas allá de las explicaciones dignas de un doctorado en teología, (dicha rama del conocimiento me parece insulsamente inútil), existen otras cuestiones por las cuales, me vale verga la Navidad.

Escuchando un reportaje en MVS radio de un amigo muy estimado, pero muy pendejo también, relataba como la recolección de juguetes en estos días servirán “para darle esperanza a los niños pobres que lo recibirían…

- ¿Es necesario tener esperanza?

- ¿A que tipo de esperanza se refieren personas como el?

- ¿Un juguete da esperanza?

- ¿Las mentiras son buena fuente de esperanza?

Ya no es debate la utilidad de los recursos empleados en comprar un juguete, sino la ciega visión de los donadores al creer que un juguete ayuda en algo, esa esperanza proporcionada, solo ayuda a que las carencias sean mas dolorosas en el futuro, la vida de esos chicos no se resuelve con el pinche juguete. Los que saben que no ayuda en nada, simplemente hacen donaciones en busca del bienestar personal, de la satisfacción de sentirse “buenas personas” mediante la ayuda a “los más necesitados”…el asunto aquí es la sutil implicación en la que se ha involucrado a todo ser humano…

La implicación consiste en la dependencia sentimental de iconos, de fechas, de lideres, de imágenes que invitan a la sumisión, el conjunto de elementos que dan un estimulo casi animal a nuestros motores psicológicos para ponernos en funcionamiento…y hacerlo inconscientemente.

La conciencia te proporciona elementos para evitar la manipulación, es así como puedes lograr emprender cosas nuevas, sin ella, solo podrás aspirar a vivir eternamente comprando esferitas hechas en china o trabajar para la maquiladora de sus empaques hechos en México.

¿Es la vida tan simple y vacía, tan soberbiamente desagradable como para que la fecha mas alegre del año sea estar frente a un montón de comida, un árbol adornado de manera irracional? a mi me parece que hay cosas mas alegres, que insultan menos a "la vida" o al animo de vivir...

¿Quién, que no sea retrasado mental, cree en el cuento de los reyes magos y la estrella de Belem?

¿Qué gana un padre con fomentar el cuento llamado Santa Claus?

¿Es una época de amor, de dar, de gratificación y alegría plena?

La Navidad es un pretexto para gastar, para comer en exceso y para pedir dinero.

No dudo que haya familias que se reúnen y de verdad pasen un buen momento, eso es rescatable por supuesto, pero mentirle a un niño, subestimarlo al grado de hacerlo creer, abusando de su falta de experiencia, de su inocencia, de su confianza en los padres, que los regalos los traen tipos de lugares lejanos o un anciano que viste de rojo y que inexplicablemente tiene afición por darle regalos a los chamacos, eso es una traición, traición y falta de respeto a los hijos…tampoco dudo que haya innumerables familias que ignoren el verdadero significado de estas, como una fiesta propiamente religiosas y que a final de cuentas, se ha desvirtuado en un evento que alegra al comercio.

Simplemente la Navidad pierde credibilidad, esta tan cargada de farsa, mentira, villancicos, familia y de recibos exorbitantes; tiene un sentido rural solo en paisajes que remembran Belen, es farsa y engaño mediante Santa Claus, se ha convertido en un festejo laico, donde lo ultimo que se recuerda es el nacimiento del chingao chamaco, incomparablemente contrastante, la realidad ya no concuerda con el mundo de inocencia e ingenuidad que solía creer en todo eso, este mundo ya no digiere esa fibra que indigesta.

“Lo que más deprime a los que se deprimen, no procede del desapego a sus símbolos sino de la imposibilidad de asumirlos”

Y es que el apego a estas tradiciones, cuando no se cree en ellas, es lo que hace más difícil su cumplimiento, el cual se ha diversificado en escenificaciones sosas de un evento ficticio. Se ha hecho insoportable a base de su propia anacronía, eso la hace ser menos festejada por su esencia y convertida en un rito donde de manera autómata las multitudes corren empujados, haciendo filas insufribles, se avientan, se insultan y se enajenan todo con el propósito de gastar, comprar, y gastar mas; ambientado claro, por los tintineos de una música y luces multicolores que sirven de escenografia al ritual del consumo, consumo inducido a través del sentimentalismo general.

Y si uno "festeja como quiera..."... ¿Es necesario un festejo?, a mas de uno le ha dado tristeza reconocer esto; mejor no lo reconozcan y sigan asi, que no pasa absolutamente nada con seguir siendo asi...tan simples.

No es cuestión de amarguras, ni de alineación, solo es materia de un solo evento: La Navidad se ha hecho para muchos, un mal de multitudes, una enfermedad idiotizante. Y ASI LO "CREE" EL ATEO®...

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