Chingue a su madre el que se ofenda.

24 marzo 2006

RELATO CORTO -- UN ROSARIO CUALQUIERA...

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Arrodillada, repitiendo el rosario. Una y mil veces, sin descanso. Sus problemas volando la abandonan, la falta de dinero del esposo, su fuerza desmedida al exigirle sexo, placer, lamidas de culo. Llena eres de gracia…mas allá de las palabras se podrían visualizar pequeñitos, los problemas, el hambre que deja en su estomago tener unas galletas marías con coca cola sin gas en el estomago. Sin exigencias, sin rencores, su alma unida a la anestesia mental y física, arrodillada frente su altar familiar, de frente a los abuelos, tíos, santos y estatuillas de barro…el señor es contigo…los ojos empiezan a ceder, pero el alma no, con los ojos entrecerrados, el calor se apodera de ella, la pasión, el éxtasis, la entrega…entre todas las mujeres…los hijos tienen hambre pero ya están encerrados en su cuarto, temprano, es lo mejor…Maria, Maria…se siente llegando ante unas puertas enormes, de marfil, mármol o diamantes, algo fenomenal, increíble; la santidad de sus anfitriones, quienes tienen ya en su lista a Venice, ella feliz, no siente dolores ni placeres, simplemente gozo…el calor aumenta, ella esta gritando ya el rosario, los murmuros son para quien oculta algo, ella sin embargo, nunca ocultaría su devoción por nuestro señor, el sufrimiento y el calor la hacen sentirse redimida, arrepentida por envidiar la vida de otras mujeres, sabe que no hay cosa mejor que ser tocada por Dios, lucha por ello y la sangre le hierve.

Un tipo con un traje amarillo la carga mientras otro intenta extinguir las llamas que extendió por la casucha y otras cuatro vecinas, una veladora con la imagen del Sagrado Corazon de Jesús.

Y ASI LO "CREE" EL ATEO®...

1 comentario:

Jj dijo...

Señooor....ten piedad (latigazo) de nosoooo (latigazo)ooootroooosssss (latigazo.)