Chingue a su madre el que se ofenda.

03 abril 2006

5TA NOVELA CORTA -- LA ARBOLEDA EN TINIEBLAS

La casa siempre permanece en silencio. De vez en vez se escuchan pasos, goteos intermitentes o a lo lejos, el sonido de autos o animales. Las aves acostumbran evitar los rumbos de esa casa, no se sienten cómodas con esa pasividad lúgubre.

Los sembradíos del rumbo atraen a muchas aves, las cuales siempre se mantienen en la periferia del caserón, algo les indica distancia, como cuando emigran antes de un huracán, hay algo allí…

Los pasillos largos se iluminan brevemente por un haz de luz que se filtra de entre los árboles, esa luz, permite que en ocasiones los pajarillos mas inexpertos lleguen al jardín y se ubiquen, después de unos minutos, se marchan. Nunca regresa el mismo pajarillo.

Los días son largos y pesados, el peso radica en la nimiedad, en la pequeñez que brota de cada rasgo de las habitaciones, cada sensación que se experimenta al hurgar con la mirada la belleza simple de la arquitectura, esa casa esta en las orillas de la ciudad, en un vallecito, el cual es rodeado de bosque. Nadie visita ese lugar tan hermoso.

Mama, papa e hija viven en esa casona. Los tres son ciegos.

Los padres se conocieron en una escuela dentro de la ciudad, aprendieron a leer juntos, nacieron ciegos, su vida ha sido subsidiada por los padres, familias de buen nombre, por lo cual durante décadas, se han dedicado a vivir en la penumbra, a tratar de encontrarle un sentido a su existencia, pero su limite es vasto, tan vasto como no salir de casa nunca, como dedicarse todo el día a mecerse en una hamaca. Al padre le fascina moverse en la silla mecedora…le ha encontrado divertido el columpiarse en dicho objeto de madera…se le puede observar en su patio, por las noches, agitándose abruptamente en la silla.

La madre disfruta de contar sacos de maíz, con todo y su contenido, grano por grano, ha desarrollado formas muy novedosas para contar los granos, gasta incluso meses en esas actividades, las cuales le reditúan un tiempo gastado, pase de periodos velozmente.

Los dos por las noches acostumbran encerrarse en su cuarto y llorar, comienza con lloriqueos casi infantiles y progresivamente se tornan en escandalosos aullidos, estremecedores gemidos de rabia y dolor, al pasar de los minutos, todo se calma y quedan en silencio…

Frente a frente en las noches, practican la oscilotepia, que consiste en abrirse los parpados mutuamente y lamer los ojos. Cada noche en lo profundo de su habitación, practican esto, con la esperanza de recuperar la visión.

Extrañamente, sin importar que sean capaces, no hablan, solo emiten sonidos ininteligibles, sonidos que han desarrollado para comunicarse entre ellos, un dialecto familiar, ya que pocas veces conviven con gente del exterior, el enclaustramiento los ha hecho artífices de un silencio permanente, de una quietud perturbadora.

La hija permanece en casa todo el tiempo, ella tiene 15 años, y padece de un sufrimiento mucho mas profundo que el de los padres…nació con vista perfecta, con ánimos renovados, una chica excepcional, sus abuelos la mantuvieron en escuelas y lejos de sus padres, quienes se negaban a salir y vivir de otra manera distinta a la ya mencionada, permitieron después de grandes pleitos, que Lorna dejara la casa familiar y se embarcara en diversos viajes junto a las familias. Admiro sobremanera las pirámides de Gizeh, Venecia y sus vacaciones en los Alpes, sus padres sin embargo le retiraron la palabra. Durante años no los visito, desaparecieron de sus recuerdos, los abuelos por ambos padres, siempre gustosos de ocultar la enfermedad de los hijos, fueron enfáticos en este alejamiento, Lorna llego a ser campeona en maratón juvenil de la provincia.

Una tarde Lorna dormía cerca de un árbol de guayaba. Sobre el suelo yacía y tranquilamente dormía. Al despertar, abrió los ojos y no pudo ver. Controlaba el movimiento pero no podía ver. Ese día perdió la vista.

Lorna que felizmente habitaba la casa de su abuelo Erns, el cual después de solicitar ayuda medica para su nieta, diversos estudios y opiniones sobre el caso, poco a poco fue distanciándose de la nieta.

Lorna es bellísima, rubia, de cuerpo bien proporcionado, bello rostro y ojos verdes, sus familias también gozan de belleza y hacen alarde de poseerla, además de su posición social, sus tierras y dineros los hacen estar más aun, por encima del resto. Tal engrandecimiento ególatra los ha acostumbrado a la reclusión de miembros de su familia que padecen de algún defecto físico, subsidiando su vida, prefieren su vida en anonimato, que ser señalados como parientes de un enfermo. Lorna hubo de desaparecer.

Públicamente fue enviada a Europa, a estudiar en un internado Suizo, donde estaría por algunos años. Fue en realidad enviada a la casa de los padres.

Una tarde de domingo fue dejada en la casa de los padres, con múltiples maletas que poco a poco acomodo en su habitación. Los padres con una sonrisa irónica la recibieron y le prometieron cuidados, amor y comprensión…justo como la que ella misma había tenido para con ellos.

La vida transcurre muy lento dentro de Los Hitz, la vieja casona.

Los días no existen, no hay obligaciones, no hay derechos, solo comer, dormir, sentarse y vivir en tinieblas, esperar el próximo mes para recibir mas comida y seguir allí, encarcelado, no tanto por una barrera física, sino por voluntad.

La muchacha vive un infierno, estaba a punto de entrar a un prestigiado colegio suizo, lista para estudiar medicina, su pasión desde pequeña, sus abuelos le habían prometido un viaje junto a sus amigas a Japón, existía un chico llamado W. Olsen, quien le había dado a saber su amor. Se encontraba enamorada y ahora ella sabe que nada de eso volverá.

Lejos de terapias, tratamientos, cuidados, el daño retinal ha progresado, al punto que si le realizaran estudios, su situación se debatiría entre ceguera o pérdida de los ojos. Ni siquiera llego a saber realmente lo que habia pasado con ella.

Oscuridad. Ni siquiera rayas de colores, reflejos, luz oculta entre parpados. En su cerebro ya no se visualizan imágenes, ya ha olvidado, no recuerda formas, no conceptualiza.

Vagan los tres por la tarde, conocen tal vez una octava parte de la casa, siguen los mismos caminos, siempre en círculo. Un día, Lorna encontró un gato, sin pulso, frío, pero aun fresco. Lo llevo a su recamara y durmió junto a el.

Lorna decidió escapar. Tomo sus cosas mas preciadas, la cabeza del gato y su álbum de fotos, el cual no podía ver ni recordar. Salio de la casa libremente, mientras sus padres se contoneaban frente a la estatua de un sagrado corazón de Jesús siendo devorado por un buda negro.

Salio y camino deliberadamente hacia donde se escuchaba el río, camino cerca de 30 minutos y llego a la orilla. Frente a el, procedió a desnudarse, meterse al agua y dejarse ir…después de algunos golpes, ramas enredadas, peces que muerden, desmayo y fue arrojada a la orilla.

Despertó y busco tierra firme, sin idea de donde se encontraba, camino hacia la nada.

Caminantes con cosecha y animales la encuentran, hacen de ella lo que se les antoja, la violan sin piedad, entre varios, la escupen, la lastiman, ella no grita ni llora, solo se pierde.

Al oscurecer, guiada por la luz de la luna que no aprecia, se encuentra en la orilla de un precipicio, se detiene y nota la situación por el sonido del eco del viento y por la intensidad del mismo, un viento similar al que presagia lluvia. En su vientre algo se nota diferente, siente algo nuevo dentro de ella.

Por ultima vez intenta recordar los Alpes, el mar, a W. Olsen. Después de un esfuerzo intenso lo logra. Una leve sonrisa se dibuja en su rostro infantil, el harapo que encontro en el camino es aventado al vacio, queda desnuda de nuevo. Una lagrima cae. Esta a punto de aventarse y despedirse, se prepara ya con mas lagrimas en el rostro, sabe que no habra vuelta atrás, cierra los ojos como si eso hiciera alguna diferencia y…

Regresa, pide ayuda y logra llegar a casa. La lluvia de Octubre la mantiene viva mientras escucha a sus padres gruñir en su dialecto intentando imponer un nuevo número de granos por costal.

El arrepentimiento la acompaña hasta la muerte de sus padres. Después de eso, deja los sentimientos y se dedica a darle vueltas a la casa a paso apresurado, justo como en el maratón que gano cuando niña. Tambien disfruta de meter la mano en formaldehído, donde conserva el feto que su vientre arrojo después de aquel escape al rio, su bebe vaga en sus brazos en las noches de lluvia intensa, después regresa a su habitación de cristal, rellena de liquido. Es niño y se llama William.

La vejez se apodera de Lorna, ya no puede caminar como antes, ha resistido mucho. Sus dolores musculares aumentan. Decide tener el valor que le falto hace 60 años…tanto tiempo de aguantar estoicamente el suplicio de lo eterno, de lo inútil, del sinsentido. Toma el formaldehído y saca a su hijo. Lo coloca en el suelo, como si estuviese sentado. Se toma el líquido. Se recuesta y abraza al pedazo de carne. Duerme. Muere. No, despierta intoxicada, esta muy mal pero no muere. Sufre y se arrastra. Grita incoherencias. Por primera vez en mucho tiempo llora y ríe. Su hijo ya no puede regresar al frasco, esta condenado a la descomposición…el mal olor empieza a los 13 días, el hijo se disuelve y da paso a gusanos verdes, gusanos repugnantes…

Lorna decide salir y visitar a sus abuelos, una diligencia la espera y es aceptada en casa de los Erns ya que siempre hubo aprecio de por medio con ella.

Le han dado una habitación y un par de pájaros, los cuales han muerto a los 3 días de su llegada. La gente de servidumbre murmura que esta maldita.

Lorna, de 80 años ve próxima su muerte, tiene miedo, siente que las tinieblas en las que ha vivido todo este tiempo no son nada comparadas con lo que le espera, esta aterrorizada. Un gato negro igual al que tuvo de niña se aparece en su ventana. Le habla de frente y le menciona algo relacionado con Misdel. Ella entiende, se arrodilla y muere. El gato sale de la casa, vaga por el valle y busca desesperadamente un árbol de guayaba con una niña dormida.

Y ASI LO "CREE" EL ATEO®...