Chingue a su madre el que se ofenda.

18 julio 2006

LUX MITICUM

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Hoy volvió a llover de nuevo. No una lluvia en todo el espectro del significado, pero moja al fin. Durante la tarde estuve escombrando cosas que no me hacen falta ya. Tire un paquete de cervezas a medio empezar (o terminar), un veintitantos con la calidez del bochorno tropical, que desenfrenadamente me mostró la vida tal cual en las incipientes riveras de Tabasco en verano.

A través de socaliñas permuto mi estatus quo por la benévola condición de mexicano en ascenso. Miradas de gentileza y buen disimulo recibiría, proclive al descenso ante la cruel realidad de mis pequeñeces, pero que mas da, si el importar cualifica mis tendencias, las tendencias de riachuelos en el Grijalva me muestran que la lluvia, a precisa observación, no es lluvia comparada.

Durante la tarde, encontré cartitas de amor en hojas verdes, oficinescas; me dieron tierna mofa, cuando veo como el pasado culmina en la esperanza del olvido, justo en el momento representado, del feliz y actual encuentro. Tire papeles y promesas, tire recuerdos y ropa vieja. Unos pantalones descosidos me recordaron las tiernas épocas en las que, delgado, sentía que mi gordura no tenia fin. Ahora gordo en realidad, festejo la bonanza que llega, por lo menos una vez en la vida.

Tire y saque cosas de mi casa. Tome mi celular y a falta del presupuesto hollywoodense que me obsesiona, no pude tirarlo en el mísero canal del río Tijuana; borre números y elimine fotografías que desde hace mucho lucen inútiles sin el afán de joder gente.

Mi mensajero electrónico luce minimalista. Notare sorpresa cuando la gente no me vea mas en línea…no lo notare, porque ni en persona lo harán. No importa, en ambivalencia desinteresada. Afortunadamente dejare de perder el tiempo con espasmos de arribismo.

Hoy por la tarde, un perro yacía a un lado del acotamiento del eje por el cual transito hacia mi trabajo. Estacione el auto sin pensar mucho, mas allá de las bobas preocupaciones por un animal, baje movido por una preocupación rara en mí, en realidad me sentí mal por el animal. Con los ojos abiertos me observaba y ante la falta de un hogar, amo o hijos, tal vez ante la muerte, vi dibujársele una sonrisa. Por supuesto el calor era arduo y eso lo imagine; pero le tuve que dejar, sintiendo pesar en el malestar ajeno, en el fin ajeno. Solo siento eso por los animales y por mi gente. Mi gente cada vez se reduce a mitades.

El poder es un sistema de multi-relaciones consentidas; los beneficios del mismo, van prorrateados de manera que, los cambios sistémicos establezcan equilibrios satisfactorios.

Victima de la sinestesia conjeturada por leche y galletas oreo, descubro una sencillez que otorga parsimonia inigualable, la coincidencia con los sentidos, de parte del animo, crea fantásticas sensaciones, mas allá del etílico disfrute del teporocho con Viva Villa.

Los medios de comunicación ya no ofrecen conjunción de elementos estéticos, el realismo nos ha maniatado; nos destruye; mas sin embargo, la vida no tiene un precepto pragmático, religioso o filosófico; mucho menos moral o natural. Estamos listos para el derrumbe de la civilización, lo que queda, es acudir con entereza, al derrumbe fisiológico, cual mas debiese interesar. Ya me gasto las ideas rebuscándote.

Y ASI LO "CREE" EL ATEO®...

1 comentario:

Jonas dijo...

Hace un tiempo yo tambien comence a tirar cosas de recuerdos pasados...como la vida cambian en un instante lo que creiamos importates son sendas estupideces hoy dia, y una linea de lo que escribio me llamo mucho la atencion:

"Veo como el pasado culmina en la esperanza del olvido"

Cuanta verdad hay en eso.

saludos Sr.Ateo