Pero no será igual; ella, nacida en la sierra poblana, donde los corazones de la mazorca son negocio, tierras que la vieron nacer y huir, al lado de un vendedor de terrenos para las empresas taladoras, que bien hacían muebles, bien hacen hoy, arbolitos de Navidad.
No será igual porque ella cocinaba en hornos de leña su propio pan.
Ella hacia los tamales de maíz y acarreaba agua de manantial y la colocaba para aligerar la “sed” de los “muertos”.
El tepache no faltaba, mucho menos las calaveras de azúcar hechas en las casas aledañas, con quienes Maria intercambiaba comida y convertía el recuerdo triste, en actual convivencia concertadora.
No será igual tal vez porque los muertos no podrán caminar, deben esperar el pase en los complicados entronques viales de la ciudad a la cual se ha mudado Maria.
Esperaran su turno a la hora de superar los retenes.
No será igual porque el agua será purificada por osmosis inversa y las tortillas tendrán las orillas maquiladas a la perfección.
Y ASI LO "CREE" EL ATEO®...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario