Chingue a su madre el que se ofenda.

06 agosto 2007

LA SANTA MUERTE EN TIJUANA

La fe venera los más recónditos y perversos pensamientos del ser humano. La fe no revela ya temor a los gigantes destructores o las hadas de negro, maléficas y hermosas.

Y si bien es cierto que el temor rige las venas de las mandíbulas oradores de las millones de almas perdidas en la inocuidad de la vida espiritual, ver a una niña de la mano, frente a la imagen de la Santísima Muerte, sin asombro mirándola plena con su corona y vestido galante color blanco, me sigue inflingiendo dudas muy serias.

Frente a la presa Abelardo L Rodríguez esta uno de los altares mas visitados por los alternos en la frontera norte.

¿Alternos? Sutil llamado para los homosexuales, sicarios, católicos que no desertan pero no pertenecen a la doctrina común, violando pequeñas reglas ocultándose entre arbustos desérticos de la vista distraída de Dios.

¿Cuánto cuesta fabricar un santo?

¿Cuánto lleva desmitificar el razonamiento humano?

El hombre se empeña en ser un animal, cuando evoca la presencia de su Dios.

Una camioneta de doce cilindros se estaciona frente al altar. Yo permanezco sentado a lo lejos, sobre una de las piedras gigantescas de la orografía Baja Californiana que muerde y mastica lo que de Estados Unidos aquí encuentra su fin. Un tipo con botas de piel exótica y lentes mas oscuros que el profundo polarizado del porta placas y las ventanas de su camioneta. Saca un billete verde, dólar es, se arrodilla frente a la imagen que parece agachar la cabeza y dirigir su mirada sin ojos hacia el. Las rejas parecen no existir y la figura se rehúsa a moverse porque sabe que yo, infiel, estoy allí, a lo lejos esperando el devenir.

Mujeres mayores, niñas y señores de pueblo, de ascendencia humilde que manejan autos último modelo con placas americanas se estacionan y prenden veladoras. La tarde empieza a caer y las campanas de las iglesias de la zona no suenan, porque han reducido sus funciones, en sus circos de concreto, a una los domingos a medio día.

La maldad disfrazada de bondad y claridad llenan de paz al asesino, que porta un escapulario con la imagen de la Niña Blanca, que le cuida a cada paso, con la condición de recibir la ofrenda prometida.

Yo tomo el camino y compadezco a ese pedazo de tela y cera, entendiendo el escalofrió posible de ver animales locos, dementes, desafiando los primeros motivos de nuestra estupida y espontánea creación.

REFUGIADO ANTE LLUVIA ÁCIDA, EN TIEMPOS COMPLEJOS, EL ATEO LO ESCRIBIÓ ASÍ...

3 comentarios:

Alejandro dijo...

No se que es lo que me da mas miedo, si tu Ateismo o tu Fanatismo a esas palabras Señor. Fracamente me asombra.

Y puede que le paresca pueril, pero tal como Jesucristo, usted es la misma persona, solo que en diferentes planos universales.

Si Jesus volviera, iria contra todo lo sagrado, usted hace lo mismo, o si no se chupa una tutsi pop.

Dra. Kleine dijo...

Mi respetable. Hoy hiciste un post como de esos que antaño solìas hacer. Siempre con fina destreza de destrozar...
Ahhh vuelto a leer igual y eso agrada mi vista.
Me animè a comentar. Me agradò y dejo vuestro permiso, imprimo y mando a alguien que seguro le destaparà el cerebro tu sabia palabra.
Saludos!

:: Pablo Pozo :: dijo...

ilustraciones sobre la santa muerte
http://llenandolanada.blogspot.com/