Chingue a su madre el que se ofenda.

28 diciembre 2005

CUENTO CORTO – 24VA TRILOGIA— SOSLAYAME ESTA

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Yo no tengo la más mínima pinche culpa.

Ni tengo porque rebajarme a ningún pinche nivel de sentimentalismo barato; que la mujer que me crió y se decia mi abuela haya muerto, mientras ella daba sus ultimas lagrimas en nombre del pequeño que ella adoraba (es decir, yo), y yo mientras jugando el GTA San Andreas Extended Edition, sin sentir nada, solo la necesidad de comer mas papitas y destapar una cerveza…esa no es mi pinche culpa.

Que sea yo tan chingon como para hacer mi pinche trabajo valemierda en la mitad de tiempo que mi antecesor y con mejores resultados, quedándome tiempo para quemarme el periódico o algún libro de Welch…esa no es mi bronca.

Que cuando voy en mi pinche vehículo y se me acerca un limosnero y rápidamente le subo al vidrio, dándome gusto que yo no sea el jodido, además de eso, mofándome de lo gracioso que es ver a un tipo de 50 años, con aspecto pueblerino, sin trabajo y con la obligación de darle de comer a una manada de mocosos, sosteniendo temblorosamente una caja de chicles Canels y mirándome en busca de compasión…y yo no sienta ningún tipo de resquemor…ese no es mi negocio.

Cuando uso a las mujeres para diferentes objetivos en mi vida y autentifican lo desgraciadas que les gusta ser, entrándole a situaciones tan pintorescas como acordar un permiso para matar indiscriminado, a cambio de llevarla conmigo de vez en cuando a mis reuniones y presentarla como mi vieja (no novia, vieja), que ellas acepten gustosas e incluso accedan a caprichos sexuales y sin sentirlo, en su concepto, pierdan la dignidad…ese no es mi asunto.

Que no done ni un peso a ninguna causa noble, aun cuando cobro un mísero salario en el cajero automático, que no se me antoje abrazar a nadie en su cumpleaños y que indistintamente le entre al juego de la camaradería con los compañeros del trabajo y sin esfuerzo me gane su simpatía y disposición para aceptarme en sus casas y “conocer a sus esposas” (si, en sentido bíblico)…su pendejez no es mi problema.

Que por medio de mi empresa, una iglesia bautista que anuncia sus actividades por radio en las noches, me este haciendo poco a poco de dinero explotando la necesidad de cariño y misericordia que solicitan a bramidos esos seres inferiores llamados religiosos, que me den su dinero a cambio de una puta rosa bendecida por el pastor, al cual saque de La Capirucha (Arrabal local) en donde cantaba canciones de Jose Alfredo Jiménez para amenizar la noche…que sean tan débiles y se coman la mierda prefabricada que les ofrezco…no representa en ningún caso responsabilidad para mi.

Que mi desinteres en la vida de cualquier personita me ponga un paso adelante en la defensa de afrentas de aquellos que al verse amenazados con cualesquiera de las aristas que puedan cortarles sus limites, se sobresalten y busquen la agresión que ciertamente es convertida en una faena espectacular, eso a mi, me vale pura madre.

Y no respetar la vida de la gente cuando salgo armado y en cualquier semáforo ejecuto por diversión, no sentir remordimientos cuando los encajuelados se cagan en sus pantalones del susto o a causa de las incontables horas que pasan dentro…that’s none of my business…

Que trabaje en el gobierno federal y me den una injusta remuneración decembrina en medio de compensaciones, bonos anuales y premios especiales, saqueando al país, dejando las arcas vacías antes del cambio del sexenio, ser un burócrata parásito…no es mi carga…

Que prefiera las prostitutas menores de edad disfrazadas de teiboleras en los consorcios de la avenida revolución en Tijuana, eso no es malo, eso es placer…

Que haya decidido abiertamente dejarme de pendejadas y evitar a toda costa participar de la farsa del amor, del noviazgo, del matrimonio y de la paternidad, aun cuando tu niegues que te encantaría hacerlo y no puedas incluso, por lo menos reconocerlo…eso no me causa admiración a tu constancia, me causa repulsión a tu falta de huevos.

Tu religiosidad me enferma, borreguito del señor, anda , ve y arrodillate ante imágenes, que eres tan pinche mierdita, que ni siquiera te sometes ante una fuerza digna, solo te sometes al yugo de tus mieditos infantiles, andale, corréle y entrégate a un símbolo, que para cualquier otra cosa, vales verga. Y que no tenga yo ganas ni paciencia para entender tu situación oníricamente repugnante, no es mi puta culpa.

Y que aun siendo como tu nunca serás, tan desviado de la realidad, disfrute de lo que tu nunca disfrutaras, eso ni me enternece ni me da risa. Me da asco. Tan solo el hecho de compartir aire junto a ti me indigna y si eso me hace un radical fascista, adelante, denomina tus temores como desees, que a fín de cuentas, el asustado, afectado y podridamente reprimido eres tu.

Yo no tengo la mas mínima pinche culpa.

Y ASI LO "CREE" EL ATEO®...