Chingue a su madre el que se ofenda.

31 enero 2006

DE NUESTROS PASOS...

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Tu mirar tierno, hermoso.

Los primeros pasos ayudados por nosotros, tus padres.

Verte por primera vez…

Y aun cuando llegue a pensarlo, me agradezco el momento cumbre, en el cual, deseche la posibilidad de prescindir de ti.

Tu cara realmente irradia luz; tu cabello al ser tocado por la luz, por el viento, por la brisa, contempla la imagen poética más hermosa que pueda concebir.

Tu mirada, tus intentos, tus gestos sinceros. No hay nada que pueda desviar nuestra atención.

Tu llanto me enternece, me alegra, cualquier gesto tuyo; estoy aun tranquilo porque tengo en mis manos tu seguridad.

Tus primeras palabras fueron rayos, fueron la materialización de nuestro esfuerzo; significan más que su significancia habitual.

Tu mano junto a la mía, la diferencia de dimensiones, de fuerzas, me comprometen en un nivel que a mí, me parece ya metafísico.

Y mi amor es incomparable; sin sentido se encuentra el resto de las cosas susceptibles de ser amadas, solo tu figuras allí.

Y tu futuro luce colosal, tus posibilidades infinitas acuden a la realización cuando yo te sirvo, te ayudo, como seres humanos, mas no como un símbolo de autoridad abusiva.

No soy tu padre, solo soy un ser humano que te ayudara a crecer, aprender y continuar…

Y ASI LO "CREE" EL ATEO®...